martes, 18 de diciembre de 2007

El Iwojima pampeano.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo me gusta el rollo que te gastas en tu blog, Ramiro!

Anónimo dijo...

Sabemos de su pasión, presos del ansia que despierta la carne devinimos incondicionales del "a punto" entendiendo al sádico que estira la espera del goce y adhiere al "bien cocido".
Así y todo, no sabíamos de su obra, pilar inflamable de aquello que, con más fuerza que la de un PioXII, con más lealtad que la de un descamisado, nos une y separa por cortes precisos de cipayos y hermanos.
Un placer haberte conocido, Roberto. llevaste como Arlt, sin saberlo, el nombre de quien llega al alma con un tajo preciso. De Perfumo, no sabría decirte.