sábado, 27 de diciembre de 2008
Felices fiestas te desea Roberto Achura!!!
La carne utilizada para esta producción fue asada y morfada.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Mal titular, excelente noticia!!!
No podemos menos que enorgullecernos de que los argentinos sigan el camino que Roberto Achura señaló hace tiempo. Es decir, el camino del asado. Según organismos tales como la FOA y la UBA, en la Argentina se come un 75% más de carne y un 46% menos de verduras (aplausos, por favor). Esperamos que esta tendencia siga creciendo y que no vengan con cuestiones baladíes como la salud. Por otro lado, estamos indignados por el titular de Clarín en el que se une la palabra "exceso" a la de "carne". ¿A quién se le puede ocurrir semejante aberración? Por favor!!!
lunes, 8 de diciembre de 2008
El día que Francis Bacon visitó a Roberto Achura.
"¿Francis? Buen tipo el irlandés. Verlo llegar a casa en un remis y bajando con dos costillares al grito de `Robert, Robert!´fue una sorpresa. Estaba en cueros porque hacía un calor terrible. Improvisé un asado tríptico, en tres parrillas distintas. Le encantó. Cuando se fue le presté un pantalón porque el suyo no le cerraba de lo que había morfado. Ja, qué loco lindo..."
Declaraciones de Achura al semanario intelectual "Impronta"
Fans 2.
domingo, 23 de noviembre de 2008
Recuerdos de infancia.
De purrete amé las jugueterías
hasta que un día de octubre
entré con mi madre a una carnicería.
¡Hermosos paraísos terrenales
de ángeles achurrascados!
Descubrí tanquecitos amorcillados,
granadas de chorizo
y hasta tiras de asado
que parecían trenes.
La infancia pasó,
pero el asado quedó.
Hoy sigo jugando a los avioncitos
con pedacitos de entraña
que aterrizaban puntuales
en la pista de mi boca.
De "Paraíso parrilla", primer libro de poemas de Roberto Achura.
Bifeman.
miércoles, 22 de octubre de 2008
¡Madrid está lleno de vacas!
Fotógrafo: Manuel Escalera - El País.
Ustedes saben la adoración que tenemos por las vacas, animales en blanco y negro, como las mejores películas. El famoso certamen de arte internacional "Cow Parade" llega a la capital española hasta el 29 de noviembre. En la Plaza Felipe II un centenar de artistas crearán arte bovino. Sin embargo, hagan lo que hagan, su trabajo ya ha sido superado por la madre naturaleza. La mayor obra de arte de las vacas está, sin lugar a dudas, en su interior.
lunes, 6 de octubre de 2008
No dejes que la verdad te estropee una buena historia.
Si ponés en Google imágenes "Jimmy Curry" aparece este señor que, salvo milagro o utilización de la crema antiage más eficaz del mundo, no puede ser aquel que en el siglo XIX llegó a la Argentina interesado en importar carne al Reino Unido. Para agasajarlo le prepararon un asado criollo. El hombre consultó con qué se acompañaba esa carne y le dijeron que con nada. El señor Curry pidió unos ingredientes (ajíes, morrones, tomates, cebollas, ajos, orégano, etc.) y preparó un aliño para saborizar la carne asada. Fue un success!!! ¿Pero cómo recordar el nombre del gentleman? Sobre todo luego de unos tintos... (cada punto es una botella vista en cenital). Así, dice el relato, pasó de Jimmy Curry a Chimichurri. Verdad o no, la historia está bien condimentada y merece aliñar este blog.
domingo, 28 de septiembre de 2008
lunes, 22 de septiembre de 2008
¡NO AL MANOSEO TRANSGENICO!
Horripilante documento que nos muestra el objetivo de unos pelafustanes vestidos de científicos: el chorilla. ¿A quién se le puede ocurrir intentar poner al cerdo genes ajenos para crear este Frankestein del embutido? ¡Paremos a estos “Mengeles” gastronómicos! Dejen al cerdo tranquilo, no toquen a la vaca. ¿No se dan cuenta de que la naturaleza es sabia y ustedes pelotudos?
domingo, 7 de septiembre de 2008
¡Asado y fernet!
Los Caligaris son una banda cordobesa que sigue la tradición del poeta carnívoro. Basta con escuchar su concisa prosa, del estilo "Carbón no hace falta, hachamos la mesa!". Su tema “Asado y Fernet” debe estar haciendo bailar a Roberto en su tumba.
Historias.
El asado se hace a la intemperie para que el olorcito le llegue a Dios. Si está bien hecho, al barbudo omnipresente se le hace agua a la boca y se larga a llover. Por eso era un gran elogio para ciertos gauchos ver cómo el cielo se iba encapotando mientras la carne se asaba en esa especie de altar que es la parrilla.
domingo, 24 de agosto de 2008
domingo, 3 de agosto de 2008
Su novela corta.
“El chorizo acérrimo” es la única novela de Roberto. Cuenta las peripecias de un asador ante el inesperado aguante de un chorizo que se resiste a ser asado. En sus 125 páginas, la trama narra la tortura psicológica que sufre el protagonista. La tensión descripta entre el asador y el chorizo es de lo mejor de la literatura carnívora, y varios críticos la han comparado con el clima que habita en los duelos del western. Vaya como ejemplo el siguiente párrafo:
“Luego de dos horas de ver al chorizo que seguía crudo sobre la tórrida parrilla, Mario empezó a odiar el momento en que su índice lo señaló en la carnicería.
Nunca un chorizo había vencido la voluntad de un ser humano. ¿Por qué le estaba pasando esto justo a él?
Mientras sus ojos se clavaban en el chorizo acérrimo, pensó en ahorcarlo, en matarlo con sus propias manos. Pero al mirar “de cotelé”, sus amigos seguían observándolo y burlándose de su impericia con insultos inspirados por un tinto muy barato. Por suerte, Mario se dio cuenta de que todavía quedaba una bolsa de carbón, y mientras hubiera carbón, había esperanza…”
“Luego de dos horas de ver al chorizo que seguía crudo sobre la tórrida parrilla, Mario empezó a odiar el momento en que su índice lo señaló en la carnicería.
Nunca un chorizo había vencido la voluntad de un ser humano. ¿Por qué le estaba pasando esto justo a él?
Mientras sus ojos se clavaban en el chorizo acérrimo, pensó en ahorcarlo, en matarlo con sus propias manos. Pero al mirar “de cotelé”, sus amigos seguían observándolo y burlándose de su impericia con insultos inspirados por un tinto muy barato. Por suerte, Mario se dio cuenta de que todavía quedaba una bolsa de carbón, y mientras hubiera carbón, había esperanza…”
domingo, 6 de julio de 2008
Fans.
sábado, 5 de julio de 2008
Meatscapes, Nicolas Lambert.
Recorrer la gastronómica geografía de las obras de Nicolas Lambert nos permite descubrir un mundo de proporciones ideales; inmensos pedazos de carne admirados por seres humanos pequeños y hambrientos.
Lo confieso: muchas veces he soñado con paisajes como los meatscapes de Nicolas Lambert. Pero, ¿cómo pudo un americano de Milwaukee pintar mis sueños de Pergamino?
Crítica de Roberto Achura publicada en la revista semanal "Recreo largo".
viernes, 4 de julio de 2008
Asadobulario.
Mariposa: denominación que recibe un bife de chorizo u otro bife grueso cortado por la mitad sin separarlo del todo.
Salchicha Parrillera: embutido compuesto por casi los mismos ingredientes que el chorizo, pero picado mas fino. Puede estar compuesta por carne de cerdo y a veces puede incluir granos de anís.
Arrebato: dícese uando por intensidad desmedida del fuego u otras fallas, la carne queda quemada por fuera y cruda por dentro.
Salchicha Parrillera: embutido compuesto por casi los mismos ingredientes que el chorizo, pero picado mas fino. Puede estar compuesta por carne de cerdo y a veces puede incluir granos de anís.
Arrebato: dícese uando por intensidad desmedida del fuego u otras fallas, la carne queda quemada por fuera y cruda por dentro.
domingo, 18 de mayo de 2008
Cobardes.
Breve incursión en la publicidad.
Un poderoso empresario de la localidad de Pergamino lo tentó con cien kilos de carne y Roberto realizó una tarjeta y un volante para la carnicería "La vaca sagrada". El mensaje "carniapocalíptico" elegido por el poeta fue de gran efectividad. Además, propuso el concepto "Fast Chori" en su intento de bloquear el aumento del consumo de hamburguesas. Fue un éxito. Los chori-man llevaron en moto más de mil chorizos calentitos a los vecinos de Pergamino.
La pieza gráfica fue inscripta en el Festival de Cannes de la Publicidad de 1990, donde fue ignorada por, valga la redundancia, el ignorante jurado.
domingo, 11 de mayo de 2008
sábado, 12 de abril de 2008
El sueño-pesadilla más hermoso-terrorífico de Roberto Achura
Trascripción de una de las sesiones grabadas por el Doctor Raúl Pichon-Rivière, sobrino segundo del famoso psiquiatra, que tuvo al poeta en tratamiento durante dos años.
Doctor, soñé que vivía en una isla desierta que era un chuletón gigante; estaba en medio del océano Atlántico, flotando en las coordenadas más carnívoras que conoció el mundo nunca. Mi felicidad era tan plena, doctor… Usted no sabe… A la mañana caminaba descalzo por la orilla y al pisar la carne dejaba mis huellas como si fueran sobre arena… Luego, cuando llegaba el hambre a mi escuálido cuerpo, sólo tenía que agarrar la pala y sacar pedazos de chuletón que asaba en una parrilla precaria que había construido. Comía hasta saciarme y para beber trepaba a palmeras en las que no colgaban cocos sino botellas de vino tinto. Estaban las palmeras malbec, las syrah, las cabernet…
Tenía todo lo que quería, doctor, todo.
De noche otro asadito, más liviano, es decir, de chuletón pero menos, ¿vio? Y luego me tiraba sobre la carne cruda y me dormía mirando las estrellas.
Los días iban pasando y yo me comía mi isla, doctor, mi paraíso... Luego de dos años de vivir en plenitud me di cuenta de que la extensión de la isla había disminuido a cien metros cuadrados y mi cuerpo había hecho el camino inverso. Pasé de “escuálido” a “gordo lechón”.
No me podía mover, doctor. Tenía la sensación que mi peso hundía cada vez más la isla. Desesperado, dejé de comer. También de beber vino porque… ¿cómo iba a subir a una palmera con 115 kilos?
Al año mi cuerpo volvió a ser mi cuerpo. Recuperé mi figura y entonces, doctor, entonces, volví a hacerlo: me empecé a comer los treinta metros cuadrados que restaban. El terreno se reducía cada vez más, la orilla y el centro de la isla comenzaron a estar cada vez más cerca: a cincuenta pasos, luego a cuarenta, treinta, diez… Yo seguía comiendo, encima al llegar al centro de la carne-isla los pedazos eran aún más sabrosos. No podía parar. Comía y comía hasta que comencé a hundirme. Recuerdo que seguía masticando mientras el océano atlántico me tragaba a mí, doctor. Al abrir los ojos en las profundidades vi a la parrilla que, compañera fiel hasta en estas dramáticas circunstancias, caía en cámara lenta al fondo del mar junto a mí. Moría abrazado a ella, ante la sarcástica mirada de un cardumen de pirañas.
Doctor, soñé que vivía en una isla desierta que era un chuletón gigante; estaba en medio del océano Atlántico, flotando en las coordenadas más carnívoras que conoció el mundo nunca. Mi felicidad era tan plena, doctor… Usted no sabe… A la mañana caminaba descalzo por la orilla y al pisar la carne dejaba mis huellas como si fueran sobre arena… Luego, cuando llegaba el hambre a mi escuálido cuerpo, sólo tenía que agarrar la pala y sacar pedazos de chuletón que asaba en una parrilla precaria que había construido. Comía hasta saciarme y para beber trepaba a palmeras en las que no colgaban cocos sino botellas de vino tinto. Estaban las palmeras malbec, las syrah, las cabernet…
Tenía todo lo que quería, doctor, todo.
De noche otro asadito, más liviano, es decir, de chuletón pero menos, ¿vio? Y luego me tiraba sobre la carne cruda y me dormía mirando las estrellas.
Los días iban pasando y yo me comía mi isla, doctor, mi paraíso... Luego de dos años de vivir en plenitud me di cuenta de que la extensión de la isla había disminuido a cien metros cuadrados y mi cuerpo había hecho el camino inverso. Pasé de “escuálido” a “gordo lechón”.
No me podía mover, doctor. Tenía la sensación que mi peso hundía cada vez más la isla. Desesperado, dejé de comer. También de beber vino porque… ¿cómo iba a subir a una palmera con 115 kilos?
Al año mi cuerpo volvió a ser mi cuerpo. Recuperé mi figura y entonces, doctor, entonces, volví a hacerlo: me empecé a comer los treinta metros cuadrados que restaban. El terreno se reducía cada vez más, la orilla y el centro de la isla comenzaron a estar cada vez más cerca: a cincuenta pasos, luego a cuarenta, treinta, diez… Yo seguía comiendo, encima al llegar al centro de la carne-isla los pedazos eran aún más sabrosos. No podía parar. Comía y comía hasta que comencé a hundirme. Recuerdo que seguía masticando mientras el océano atlántico me tragaba a mí, doctor. Al abrir los ojos en las profundidades vi a la parrilla que, compañera fiel hasta en estas dramáticas circunstancias, caía en cámara lenta al fondo del mar junto a mí. Moría abrazado a ella, ante la sarcástica mirada de un cardumen de pirañas.
sábado, 22 de marzo de 2008
Resultados de la encuesta.
La encuesta "¿Crees que Roberto Achura fue capaz de comer una ensalada Cesar por amor?" llegó a su fin y queremos agradecer a los cientos de votantes que dejaron su opinión. Los resultados han sido contundentes y demuestran que la mayoría pone las manos en la parrilla por el poeta carnívoro. Aquí están los porcentajes reflejados en el gráfico de lomo.
41% Nunca se enamoraría de alguien que lo obligara a semejante aberración.
23% Ni loco.
17% Hizo que la comió y luego la escupió.
17% Sí, estoy seguro.
martes, 18 de marzo de 2008
El domingo pasado fue un día infame.
Un grupúsculo de seres humanos con tendencias herbívoras festejaron el "Día mundial sin carne". Algunos seguidores extremistas de Roberto Achura intentaron frenar la convocatoria tirando chorizos calientes a los activistas. Desde este blog queremos dejar en claro que repudiamos la violencia pero no los chorizos calientes.
domingo, 2 de marzo de 2008
R.I.P.
jueves, 14 de febrero de 2008
Bolero “Entrañándote”
Unico tema realizado por Roberto. La música fue compuesta por su gran amigo el polaco Gigma. No se ha encontrado, lamentablemente, la grabación, y de la letra sólo han quedado un par de párrafos que reproducimos aquí.
Entrañándote estoy
todo el tiempo.
El reloj avanza,
me duele la panza.
Te entraño, entraña.
Te entraño, sí.
Cuando te vea
nada de ti dejaréeeeeeeeeee…
Nada de ti dejaréeeeeeeeeee...
Nada de ti dejaréeeeeeeeeee...
Plato vacío
Cuerpo lleno seréeeeeeeeeee...
Te entraño, entraña.
Te entraño, sí.
Cuando te vea
nada de ti dejaréeeeeeeeeee…
Nada de ti dejaréeeeeeeeeee...
Nada de ti dejaréeeeeeeeeee...
Plato vacío
Cuerpo lleno seréeeeeeeeeee...
domingo, 13 de enero de 2008
Su libro más personal.
sábado, 12 de enero de 2008
El sueño del pibe.
Sí, en 1990 Roberto Achura tuvo una poemacería. Allí, en horario de mercado, repartió sus versos a la clientela, que pagaba a voluntad. Carlos Altamirano, un mecánico de Pergamino, jura haber aumentado cinco kilos por culpa de los poemas de Roberto.
En 1992 la poemacería cerró porque el local estaba alquilado y el dueño lo vendió a un "Todo por dos pesos".
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