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La elegancia, ¿puede dar hambre? ¿Se te puede hacer agua a la boca al mirar una solapa? Sí, damas y caballeros. En una demostración excelsa de buen gusto y destreza, este señor, mezcla sabia de carnicero y sastre, diseñó un saco (o chaqueta para los queridos lectores españoles) ideal para lucir en los habituales ágapes que se realizan en la Embajada de Luxemburgo. Nos atrevemos a dar una sugerencia: ¿para cuándo los pantalones?
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1 comentario:
Ni David Delfín!
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