Carbón,
piedras extraídas de la noche,
que emanan el calor necesario
para abrasar la carne
pero con zeta.
Carbón,
tu crepitar parecen pasitos
de un ángel carnívoro,
que se acerca a la parrilla
para bendecir el ritual.
Tú invocas el fuego, el asado, los amigos.
Voy a encenderte,
para revivir una vez más
el mejor acontecimiento
del mundo.
martes, 22 de diciembre de 2009
NO al maltrato del asado.
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